martes, 23 de agosto de 2016

De viaje por el sol 02

Desde siempre, la observación de los astros ha estado ahí.

  • ¿El cuarto planeta de nuestro Sistema Solar? ¿Qué es eso? Para las gentes de la antigua Mesopotamia se trataba de una representación de Nirgal, los griegos se sobrecogieron por su color rojo sangre e imaginaron a Ares, el dios de la guerra. En Roma lo conocían como Marte.
  • Hermes para los griegos, Mercurio para los romanos, representaba a un astro que se movía por el firmamento con mayor velocidad que el resto. Hoy sabemos que se trata de un planeta, el más cercano al sol, y que su órbita es muy corta.
  • Con respecto a Venus, los antiguos tenían especial predilección por este astro, ya que era el primero en aparecer cuando caía la noche y estaba con ellos hasta el despunte del alba, cuando ya no quedaban estrellas. Venus acompañaba aventuras nocturnas, lechos calientes, historias prohibidas, pero también velaba por los humanos más que ningún otro. Debía querernos mucho, así que se convirtió en la diosa del amor.
En 1484 el artista renacentista Sandro Botticelli pintó El nacimiento de Venus, temple sobre lienzo de grandes dimensiones que puede verse en la Galería Uffizi, de Florencia. 
Botticelli representa a la diosa según la mitología grecolatina, y su título no es del todo exacto porque en lugar de situar el momento del nacimiento (que tuvo lugar tras un acto de inusitada violencia entre Urano y Saturno), nos presenta a Venus arribando a las costas de Chipre. Eolo sopla para que llegue a la costa, donde es esperada por la Primavera.

Curiosamente, siempre que muestro este cuadro en 2ESO, hay quien piensa que se trata de una obra pornográfica.


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